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Que chulo qué limpio !! - Parte II - Excursiones en El Calafate

viernes, 1 de mayo de 2009

Sin lugar a dudas una de las excursiones más originales y llamativas para hacer en el Parque Nacional Los Glaciares es el trekking sobre el glaciar Perito Moreno. Existen dos variantes de la excursión que dependen casi exclusivamente de dos factores y ambos se requieren para elegir entre una y otra. El bolsillo y el estado físico. Las excursiones se llaman (por lo menos así la llaman en la agencia TOP) Mini-trekking y Big-ICE. Por supuesto la primera es más barata y menos exigente que la segunda. En mini-trekking, te llevan a una caminata de unas 2 horas sobre el glaciar, en un área no demasiado extensa, pero que está muy bien para aquellos que quieren hacer algo tranquilo de lo que no se van a arrepentir a mitad de camino. Big-ICE es una caminata de 4 horas, en las que está estipulado hasta qué mochila llevar, cuánta comida y cuánta bebida por persona. Incluso el almuerzo se realiza sobre el mismísimo glaciar.

En mi caso, decidimos con Figarilla realizar la primera de las dos excursiones, en parte por el precio, pero mayormente porque mi estado de salud no era el mejor como para pasarme 4 horas caminando en un freezer natural como es un glaciar -siempre me jacto de enfermarme poco y no faltar al trabajo, esta vez me jugó en contra y me llevé la desgracia de vacaciones-.



La excursión se divide en dos grupos, los que hablan en castellano y los que no (llamen al INADI!!). Realmente es una muy sabia decisión, ya que la cantidad de cosas que explican los guías durante la excursión haría que dure el doble, si el guía estuviera obligado a alternar entre idiomas por cada que nadie se pierda ninguna explicación.

Las vistas del glaciar son impresionantes. Primero desde el barco que nos transporta del puerto al refugio, se puede apreciar la cara sur del glaciar, una vista no muy común, ya que las tomas más conocidas son siempre de la cara norte del glaciar, donde se encuentran las famosas pasarelas.


Una vez en el refugio se realiza una caminata por el bosque de aproximadamente media hora, para llegar al lugar en el que colocan los grampones en el calzado, para subir al hielo. En el refugio dan un par de guantes y botas para aquellos que no van bien preparados -recomiendo llevar buenos guantes impermeables y unas buenas botas de trekking-. Los guantes y la bufanda son imprescindibles, ya que el frío sobre el glaciar repercuten sobre todo en la cara y en las manos (si son aficionados a la fotografía, van a tener que sacarse bastante los guantes para poder hacer las tomas). Si van en verano, como en mi caso, luego de un rato de caminata se entra en calor, por lo cual es recomendable poder sacarse un poco de abrigo sobre la marcha para no acalorarse demasiado y quedar con la ropa sudada al terminar la excursión.


El paisaje que se ve desde el glaciar y mirando hacia el bosque, es completamente distinto de cualquier otro paisaje que se pueda ver en cualquier lado. Es realmente único. Hay corrientes de agua que cruzan por aquí y por allá el camino, y encuentran escape en huecos perfectamente circulares, que hacen de desagote de estos arroyuelos hacia la base del glaciar. El agua proveniente del deshielo de la superficie del glaciar es la que hace que el mismo se vaya desplazando constantemente hacia el Lago Argentino, donde se desprenden los hielos del frente, dejando el espejo de agua repleto de icebergs que coronan el paisaje. Según los guías de la excursión, las paredes frontales del glaciar no tienen más de 400 años de formación.









Al finalizar la caminata, nos llevaron nuevamente al refugio donde escogimos un buen lugar para almorzar frente al glaciar -por cierto, hay que llevarse una buena vianda-, donde pudimos disfrutar de varios desprendimientos -siempre muy festejados-.



Para terminar la excursión, se vuelve a cruzar el Lago Argentino en una embarcación y hacia el micro, que nos llevará a las pasarelas, desde donde se puede apreciar la típica vista de la cara norte del glaciar que puede verse en muchas postales.

Sin lugar a dudas esta experiencia me dejó recuerdos inolvidables, además de unas sobervias fotografías (para mi standard habitual). Si están vacacionando por la zona, no se pierdan de realizar esta excursión, que vale cada moneda invertida en ella.




Nota: Las fotografías utilizadas en el post (y en el blog en general) son subidas en baja resolución, por lo que no se pueden utilizar en publicaciones profesionales. Les pido que si van a utilizar o linkear las fotografías en algún sitio web, citen la fuente y nos linkeen. Un aviso mediante un comment no está de más tampoco. Gracias.

Despertar en Puerto Deseado II

martes, 24 de marzo de 2009

A diferencia de los otros turistas con los que nos encontramos en Puerto Deseado, la nuestra fue una llegada bien deliberada. Nuestro destino había sido elegido unos meses antes, como el paso posterior a nuestra estadía en El Calafate, continuando nuestro viaje en la provincia de Santa Cruz.

Puerto Deseado es una ciudad que se encuentra en la provincia de Santa Cruz, situada aproximadamente a unos 300 km de la ciudad de Comodoro Rivadavia en la provincia de Chubut.

No es un destino turístico común. No mucha gente en Buenos Aires conoce esta ciudad y definitivamente no está lo suficientemente publicitada como para serlo en el corto plazo. Belleza, atractivo y una infraestructura mínima no le faltan para nada.


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Ya cuando uno va entrando en la ciudad por la ruta nacional nro. 128, se encuentra con el paisaje que será el que lo acompaña a uno durante toda la estadía. Las aguas verdeazuladas de la Ría Deseado, con su puerto (la principal actividad de la localidad es la pesca) y contrastando enormemente con el paisaje yermo y árido de la estepa patagónica con el que convive.

La Ría es la principal "atracción" de Puerto Deseado. La mayoría de las excursiones están relacionadas a la misma. La fauna que habita el paisaje es cuantiosa y llamativa. Hay muchísimas especies de aves que se pueden avistar, hay lobos marinos, liebres, maras (lamentablemente no pudimos ver ninguna), choiques, ovejas, zorros, guanacos y cetáceos como los delfines australes y las toninas overas, además de otras especies que seguramente no vimos y se nos pasaron por alto.

El puerto con sus barcos pesqueros.


Vista de la ciudad.


Hotel Los Acantilados, también conocido como "el mótel".


La embarcación Petrel que nos transportó en las excursiones.


La ciudad según con quién uno hable tiene una población de entre 15000 y 18000 personas. Si bien es modesta, es muy linda, y cuenta con varios hoteles, un hospital bastante moderno, plazas y algunos museos (como la vieja estación del ferrocarril). La historia de Puerto Deseado es muy rica y está llena de relatos de expedicionarios, aventureros, corsarios, pueblos originarios de la Patagonia Argentina, que no es todo lo conocida que debería ser. Uno de los hechos sobresalientes es la visita de Charles Darwin a estas tierras en 1833 en la expedición comandada por el Vicealmirante Fitz Roy.

La estación de ferrocarril, que hoy funciona como museo.


El casco de un barco encallado.


En este post estoy exponiendo las fotografías de la primera excursión que realizamos. Embarcamos en la lancha "Petrel" comandada por Javier de Darwin Expeditions -una empresa local que se dedica al turismo y que nos trataron excelentemente durante toda nuestra estadía- hacia la Isla de Los Pájaros, donde avistaríamos los famosos pingüinos magallánicos. Además, en la excursión pueden avistarse Cormoranes, lobos marinos de un pelo, ostreros, toninas overas, palomas antárticas entre otros. Un aspecto bueno del hecho de que Puerto Deseado no haya "explotado" todo lo que podría es que las excursiones son muy "descontracturadas" sin por ello perder profesionalismo. Los guías son muy buenos anfitriones, y no son de la clase de aguafiestas de "no hagas esto, no hagas lo otro", siempre poniendo por encima por supuesto, nuestra seguridad y el bienestar de los animales.

Un cormorán gris adulto. Puede diferenciarse de los pichones por el color rojizo fuerte de sus patas y la base del pico.


Cormoranes grises "pichones".


Un cormorán adulto en una posición un tanto extraña.


Cormoranes negros (biguá).



Un lobo marino (loba?) muy estresado por la vida en las rocas.


El macho de la manada en una pose muy "marplatense".


Una paloma antártica.


Una tonina overa y su cría.


Las toninas parecen disfrutar mucho seguir a las embarcaciones a motor.


Un cardúmen de cigalas que se cruzó en nuestro camino. Algo bastante inusual por lo que pudimos averiguar.






La colonia de pingüinos de magallanes en la isla de los pájaros es realmente numerosa.


Un aspecto muy importante de las excursiones es la cercanía que se puede lograr para visualizar a los animales. El zoom ayuda, pero estábamos muy muy cerca de los pingüinos.



La piedra Torre, que por algún motivo que desconozco, también es llamada Piedra Toba.


Más adelante continuaré con el relato de nuestra estadía, ya que el post se está haciendo larguísimo. Tengo muchas mas fotografías por mostrar y relatos por contar...

Si quieren más información sobre Puerto Deseado, no dejen de pasar por estos dos sitios:
http://www.cistours.com.ar/
http://www.darwin-expeditions.com/


Nota: Las fotografías utilizadas en el post (y en el blog en general) son subidas en baja resolución, por lo que no se pueden utilizar en publicaciones profesionales. Les pido que si van a utilizar o linkear las fotografías en algún sitio web, citen la fuente y nos linkeen. Un aviso mediante un comment no está de más tampoco. Gracias.

Qué chulo, qué limpio! - Excursiones en El Calafate I

viernes, 13 de marzo de 2009

Estábamos en plena excursión "Todos los Glaciares" en el parque nacional Los Glaciares con Figarilla. El catamarán que nos transportaba por el Lago Argentino amarró en Bahía Onelli, donde descendimos de la embarcación para tomar nuestro almuerzo en pleno bosque patagónico. Íbamos caminando por el bosque, cuando un puentecito en el sendero nos dejó cruzar un arroyo, tan claro, tan limpio, que podía verse claramente la vegetación que crecía en las rocas dentro del arroyo como si directamente no hubiese curso de agua alguno interceptando nuestro camino. Fue entonces que una turista española que iba caminando unos metros por detrás nuestro con su grupo exclamó "Qué chulo, qué limpio!". Me llamó la atención, porque en la cotidianeidad de nuestras vidas en la ciudad, es raro escuchar (y sentir) una frase como esa. Y bien dicha que estuvo la frase. Todos los lugares a los que íbamos, cada sitio visitado, parecía inmaculado. Como si el hombre nunca hubiese estado allí. Sólo que el hombre sí visita estos lugares, y viendo las condiciones en la que estaban los sitios visitados es que pensé "por lo menos una hacemos bien". Mis ojos se llenaron de imágenes, se llenaron de naturaleza y se llenaron de pureza. Mis dedos demandaban a la cámara que no dejara recoveco, que no dejara detalle fuera de la tarjeta de memoria. Casi que me pedía basta. Pero mis dedos no querían dejar tranquila a la máquina, sólo querían que yo pudiera tener el más fiel recuerdo, de tantas cosas maravillosas que vivimos en este viaje.

Nota: Las fotografías utilizadas en el post (y en el blog en general) son subidas en baja resolución, por lo que no se pueden utilizar en publicaciones profesionales. Les pido que si van a utilizar o linkear las fotografías en algún sitio web, citen la fuente y nos linkeen. Un aviso mediante un comment no está de más tampoco. Gracias.



Ver mapa más grande

Navegando el Lago Argentino rumbo al glaciar Spegazzini, se comienzan a visualizar icebergs producto de los desprendimientos.

Las cumbres de la cordillera de Los Andres, que proveen la nieve que con el correr de los años, se transforma en hielo y alimenta los glaciares.

Hay nieve para todos. La nieve acumulada en las cimas, no sólo alimenta los glaciares principales, que son los que se visitan, sino que pueden verse glaciares secundarios a lo largo de todo el trayecto.

Un glaciar secundario alimenta al Spegazzini, cuyas paredes son las más altas de todos los glaciares del Parque Nacional (se pueden comparar con un edificio de 40 pisos).

Pared frontal del glaciar Spegazzini.

Picos de hielo en la pared frontal del glaciar Spegazzini.


Cascada formada por el deshielo.

Los icebergs desprendidos de los glaciares, muchas veces superan ampliamente en tamaño a los catamaranes utilizados en las excursiones (y eso que son grandes...).


El imponente glaciar Upsala, el más extenso del Parque Nacional.



Un iceberg producto de un desprendimiento. Los colores son producto de que el mismo fue muy reciente.

El arroyo en Bahía Onelli que da título al post.

Los icebergs se van derritiendo, hasta convertirse con el pasar de los días, en bloquecitos de hielo que llegan a las costas del lago.

Lengas en Bahía Onelli.

Líquenes en los árboles del bosque patagónico.